Cortázar llevó después estos planteamientos estéticos a su novela 62 / modelo para armar (1968), obra que toma su nombre del capítulo 62 de Rayuela, que no se lee si se sigue el orden fijado por el autor.
Rayuela es, ya, un clásico de la novela contemporánea en lengua española, como "Cien años de soledad", "Paradiso", "La familia de Pascual Duarte", "Pedro Páramo", entre otros. Por su calidad, por su difusión, por su influencia, supone un punto de referencia inexcusable. Es un clásico vivo, que sigue suscitando reacciones de todo signo.
En las obras de Cortázar, podemos ver como nuestra lengua ha ido cambiando, hasta construirse en una poderosa herramienta de expresión:
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.